https://www.publimark.cl/opinion/diego-fuentes-el-imperativo-del-liderazgo-reputado-para-el-exito-organizacional.html

Diego Fuentes, co founder de INC Consultores

 

Qué duda cabe que corren tiempos turbulentos, llenos de incertidumbre y muchas veces incomprensibles. Donde la impugnación al establishment es una constante. Un complejo contexto para las organizaciones y sus líderes cuyo máximo desafío es retomar las relaciones de confianza con sus grupos de interés y así entregar sostenibilidad y futuro a sus operaciones. Con este escenario resulta imperativo tener liderazgos reputados, capaces de ser, hacer y parecer; que suena muy simple en la teoría, pero cuando en la práctica no somos capaces de ejecutarlo con coherencia y consistencia, es solo un castillo de naipes que se derrumbará en muy poco tiempo.

Un ejemplo, es el presidente Boric, cuyos discursos intentan conectar emocionalmente con la audiencia, pero al quedarse solo en la palabra no bastan para el momento de plena incertidumbre que viven los chilenos, y que demanda coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Tras su Cuenta Pública 2023, el mandatario ganó temporalmente algo de apoyo; pero que perdió rápidamente de acuerdo a la última Cadem con un 65% del país que desaprueba su administración. ¿Por qué está abrupta caída? Precisamente porque Boric tiene una distancia superlativa entre lo que dice y lo que hace, y sus esfuerzos son en vano. Como dicen por ahí «Otra cosa es con guitarra cuando se gestiona realidad».

Es que ya no alcanza con solo la gestión de imagen, las expectativas son muchísimo más altas, se trata de reputación, y para aquello; insisto se debe ser, hacer y parecer de manera constante y en cada punto de contacto presencial y digital. Basta con ver los resultados de las últimas elecciones de consejeros constitucionales, donde una mínima coherencia y consistencia del Partido Republicano alcanzó para que tuvieran un triunfo aplastante.

De ahí que urge la necesidad de liderazgos responsables que son el antídoto para que no termine triunfando lo que llama Moisés Naím las tres P: populismo, polarización y posverdad.

Y no hablamos únicamente de liderazgos políticos, sino de un contexto que demanda líderes con nuevas habilidades para generar valor de largo plazo, proactivos en el hacer, íntegros y conscientes; cuyo compromiso social es real y tangible, y que por supuesto también se extiende al sector empresarial. Ya que para recuperar los estándares reputacionales del 2018-pre-crisis social y sanitaria-necesitamos organizaciones públicas y privadas con sus respectivos líderes que deban y quieran cambiar. Dispuestos a acelerar su transformación para generar también impactos positivos desde sus gobiernos corporativos en lo social y medioambiental.

Uno de los principales valores que hoy deben tener los liderazgos corporativos es la honestidad y la transparencia, de hecho de acuerdo a nuestro “Estudio de reputación digital de los líderes empresariales 2023” el líder con mejor reputación digital es Roberto Alvo, CEO LATAM,  quien en el poco tiempo que lleva en la empresa se ha caracterizado por encabezar consistentemente la comunicación de  cada uno de los tremendos  desafíos por lo que está atravesando la aerolínea a los diferentes públicos de interés – y en especial a sus propios colaboradores – de manera directa y sin muchos matices.

Por lo mismo, todo líder corporativo hoy debe comprender que las expectativas exponenciales del nuevo ciudadano-consumidor-persona con respecto a los liderazgos es que se involucren en los asuntos relevantes donde operan sus negocios. Comunicándose eficaz y permanentemente también desde el mundo digital.

No olvidemos que la relación y asociatividad entre la reputación del líder y la corporativa es absolutamente estructural-lineal y ambas deben gestionarse persistente y estratégicamente.

De hecho, en los 3 años que llevamos en INC Consultores midiendo la reputación digital de los liderazgos corporativos; vemos mejoras significativas principalmente en la aprobación que están generando los líderes en que hay una construcción reputacional desde un propósito social que les genera diferenciación y que potencia aún más su conexión emocional con los stakeholders. Son líderes, que, con inteligencia contextual y social, son capaces permanentemente de ir descifrando la realidad para anticipar escenarios que impactan sus negocios. Por supuesto esta prospectiva estratégica requiere que las organizaciones integren capacidades de análisis y escucha activa permanente respecto a sus grupos de interés.

Un muy buen ejemplo reciente de lo anterior, y de la coherencia en no moverse un centímetro de su propósito de “sacar al animal de la ecuación” es NotCo en el contexto del fallo por competencia desleal producto del juicio que comenzó la Asociación de Productores de Leche de Valdivia (Aproval). La respuesta de su CEO, Matías Muchnick, fue reafirmar, con más fuerza que nunca, sus ganas de seguir peleando por lo que creen justo, siendo #NotGuilty “porque no solo no engañamos a nadie, tampoco queremos hacerlo, vamos con la verdad siempre, vamos con NotMilk”. Aquí vemos además de coherencia y consistencia un líder cuyo propósito conecta “valóricamente” con sus grupos de interés, y le permite visibilizar y comunicar respecto del por qué hace lo que hace, hacia dónde va y por qué necesita que sus stakeholders vayan con él, la empresa y sus marcas.

Finalmente, debemos comprender que estamos en un nuevo ciclo y plena economía de la #reputación, de los intangibles, en la que trabajamos con percepciones que predisponen y modelan actitudes, donde emerge un nuevo-consumidor-ciudadano-persona del siglo XXI; que más que castigar a las marcas, tiene un a energía transformadora y consumo más sostenible y que mejores liderazgos sabrán aprovechar para maximizar las ganancias en el largo plazo y asegurar el futuro de sus organizaciones.

Porque al final el mayor riesgo de la actualidad es seguir actuando en lógica de ayer como si nada hubiera cambiado. Construyamos organizaciones lideradas por personas que inspiran y motivan a que terceros se sumen a este propósito superior.